SANTO TOMÉ

Como ya hace muy bueno y hacía mucho que no veíamos a María y Fernando, este último fín de semana de mayo lo hemos pasado en Santo Tomé. Hemos buscado bichos y cazado moscas.  Hemos jugado al fútbol y nos hemos mojado con la manguera. Por la noche le echamos un vistazo al cielo para ver las estrellas. Allí estaba la Osa Mayor, la Osa Menor y la Polar.
Como la casa pasa muchos meses vacía, de vez en cuando se cuela algún bicho por la chimenea. Esta vez encontramos un murciélago chiquitín que soltamos para que volviera con los suyos.











LOS PUESTOS DE HORCHATA

La familia de mi madre ha sabido amoldarse a los tiempos. Mi abuelo tenía un olfato especial para los negocios y no se encasilló en ninguna actividad buscando permanentemente los negocios que, a fuerza de trabajo, dejaran beneficios.
Oriundos de Crevillente (alicante), durante muchos años alternaban residencia entre Madrid y el "poble".
Los meses de buen tiempo venían a Madrid y vivían de los puestos de horchata y limonada. Al llegar el otoño volvían a Crevillente a otras actividades.
Según tengo constancia por la primera fotografía, tenían puestos de horchata al menos desde 1940, y siguieron con esa actividad hasta primeros de los 60.
















Según tengo constancia por la primera fotografía, tenían puestos de horchata al menos desde 1940, y siguieron con esa actividad hasta primeros de los 60.

DESDE MI BAUTIZO HASTA LOS CINCO AÑOS 1966-1971


En brazos de mi abuela.



Mi madre no vino a mi bautizo. Debía estar muy pachucha con mucha fiebre porque cuando nací, a los médicos se les olvidó un trozo de placenta en su vientre.
Tan mala estaba que la pobre no producía leche y como yo no quería otra cosa que no fuera teta, le llegaron a decir  de que me moriría pronto de inanición. Que se hiciera el ánimo porque era joven y podría tener mas niños.
Recibí el sacramento del Bautismo en la Parroquia de San Roque. En la calle de la Oca de Carabanchel.

El cura, mi padre, yo en brazos de mi abuela, mi tío Rafa y al fondo un monaguillo.

Dicen que con pocas horas de haber nacido, entando tumbado boca abajo en el moises de la maternidad, levanté la cabeza cuando entró una visita.
Dice mi madre que me encogía con tan solo oír los pasos de la gente por el pasillo. Especial sensibilidad auditiva.
Con cuatro años montaba en el metro con las manos tapándome los oídos.



Yo soy el ás pequeñito de todos. Estoy en brazos de mi abuelo Rafael Davó. Agachado a la izquierda, mi hermano Juan José (por aquella entonces, Juanjito)

Como mi madre se sacó ella misma el trozo de placenta que quedó dentro, pronto se recuperó y enpecé a engordar y crecer como cualquier otro bebé.
Aquí estoy com mi madre (Tata) en el patio de la tienda de frutos secos de la calle Camichi 31.
El local era grande y tenía tienda y la trastienda era vivienda donde vivimos hasta el año 1970 (creo), cuando ya pasamos al piso de la Vía Carpetana.
El ventanuco de la izquierda daba al cuarto de contadores de la comunidad. La otra, a la derecha y mas grande, deba a una peluquería del Canmino de la Laguna.



Mi primera visita a la playa de "el Pinét" en La marina, (Alicante).
Seis mesecitos.
Sería en esos meses que mi madre me llevó al pediatra. A la que pasamos a consulta, el médico me apretaba los muslos mientras le comentaba a la enfermera:
-¿Ves?. Esta gordura es "natural". Este niño está con gordura "buena".
Se conoce que antes que yo debió entrar un bebé con gordura "fofa".




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1967










Menuda bolita estaba hecho.




Habrán pasado casi cincuenta años, pero la playa del Pinét tiene hoy el mismo aspecto.



En brazos de mi tío Rafa, el hermano pequeño de mi madre.













Con mi tío Rafa y su novia la Tía Sole. Al pobre de mi hermano solo se le ve media cara.

Con mi madre. La tata.


Cerca de casa había un descampado. Al final, al borde de la glorieta de los Cármenes había un campo de futbol de tierra donde jugábamos toda la chiquillería del barrio.
Mi padre con el transistor. Se conoce que había marcado el Madrid. 


Esta foto parece que es en la calle Camichi, justo delante de la tienda.




1968

 Mi tío Bernardino se dedicaba a la fotografía y fue él el que hizo el reportaje de la primera Comunión de Juanjito.
Los dibujos de mis pantaloncitos eran soldaditos ingleses, de esos que tienen un gorro de peluche muy alto.




A mí me tiene cogido Antonio Barco. Antonio era un vecino que tenía una ferretería (Ferretería Barco) esquina entre la calle Camichi y El Camino de la Laguna.




Aquí estoy con Antonio Barco y su esposa "Toñita". No tenían hijos y aparte de ser vecinos de comercio también vivían en el 1º de Camichi 31.
Eran los dos muy chiqueros y Antonio gustaba de dar paseos en su coche a los niños del barrio.
Mi naturaleza reservada hizo que nunca jamás Antonio lograra que montara en su coche.
Sabiendo que yo estaba en el patio de la tienda-vivienda, Antonio me llamaba desde su dormitorio cuya ventana daba al patio:
-¡Rafitaaaaa!. Ven, sube...¡que estoy malitoooo!
A Toñita siempre la he asociado con ese tipo de mujer que dibujaba Antonio Mingote. ¡Hermosa, prieta!.
Toñita tenía unba hemana, Isabel. Morena y delgada. Isabel se llevó a su pueblo (Alcazar de San Juan, Ciudad Real) a la pata que tuvimos un tiempo en el patio de la tienda.
Alguna vez nos trajo huevos que ponía, que según dicen hubo días que ponía dos huevos.


Se conoce que mi tío Rafa estaba haciendo "la mili" el día de la primera comunión de mi hermano.
Esta niña es una vecina de Camichi. Creo recordar que sus padres tenían una pescadería en en mercado.


Otra de las fotos de estudo que me hizo el tío Bernardino. No sé qué paso en la foto original que quedaron unas manchas negras por mi nariz.
Son algunas de las fotos de "las cabecitas". Composiciones fotográficas que han estado siempre en mi casa. Una de mi hermano y otr mía. Cinco instantáneas en cada composición.









Paseando a la Tani. La perrita de Antonio Barco.
Enfrente de la tienda de mis padres. Ahí estaban los "Almacenes Saldaña"


Ignoro los motivos por los que nunca quise ir a los campamentos de la O.J.E..
Juanjito si fue desde antes de tener edad para poder ir.





 El verano del 68 volvimos al Pinét.
La barquita inflable era de la niña, pero por algún motivo me quise apoderar de la embarcación.


 ¿Me gustaría la niña?


Mi típico gesto de ceño fruncido. 



Con la abuela Carmen.
Por aquellos años no había mas protección solar que la crema NIVEA. La de la caja metálica redonda.
Yo creo que no era ignorancia sobre lo dañino de los rayos solares. Mas bien creo que estos son cada año mas malignos. ¿Será por el adelgazamiento de la capa de ozono?.


¡Qué nuevos y pulidos estaban los bancos del Lago de la Casa de Campo!
Y yo con verdugo (pasamontañas). ¡Qué angustia!.


1969
Parece ser que ya se me empezó a rizar el pelo.




A los Almacenes Saldaña venía todas Navidades el rey Gaspar

 Con mi padre y mi hermano en el Parque de Atracciones.
En el día de las visitas de los padres al campamento de la O.J.E.




Me puse una camisa de mi hermano y me creía ya un soldado del ejército español.




 Espíritu castrense.
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Paquito, Luisito y Mateo. Empleados en la tienda de frutos secos de mis padres.
No sé cómo llegaron a Cercedilla (creo que ese año estaba ahí el campamento) pero me imagino que vinieron en tren, porque por ahí veo a Loli, Agustina y Pilar, estoy yo y está mi madre, que esos si, llegamos en el seiscientos de mi padre.
Mi padre conduciendo, Imagino que Pilar de copiloto y en el Asiento de atrás, Loli, Agustina y mi madre conmigo en brazos. Pleno verano, en un 600 y sin aire acondicionado ni cinturones de seguridad.





La prima Raquel, monja destinada en Las Palmas, venía a la península todos los veranos.

Aquí veo a mi madre muy guapa.
Mis abuelos maternos compraron un terreno y se hicieron una casa en Chinchón.