Siempre se sacaba una foto con ellos y, como suelen recibir premios académicos, atxona se sentía muy orgulloso de sus nietos.
Con esas fotografías, además, comprobaba cómo crecían los chicos año tras año.
Una madrugada de mayo atxona nos llamó angustiado. No se encontraba bien. Llamamos a Nerea y a Mariasun a que fueran a verle. Fue ingresado. Mamá fue para contactar con alguien para que cuando saliera del hospital estuviera en casa interna por si volvía a pasar otro trance parecido y no estuviera solo.
Atxona no salió del hospital. El viernes 26 de mayo nos dejaba para siempre.
De alguna manera estuvo presente, y no se perdió, la fiesta de fin de curso de Javier y Nico.
D.E.P
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